martes, 29 de julio de 2008

UNAM: aspirantes

El cabeceo del 21 de julio en primera plana de La Jornada se inicia con dos palabras: “Rechazó UNAM” (a 91 por ciento de aspirantes). Las puntuales encuestas de Karina Avilés matizan la cuestión que me propongo comentar.
No es que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determine, como si de su abstracta voluntad dependiera, la aceptación o inaceptabilidad de los aspirantes. Lo mismo se arguye respecto de la otra instancia de alto nivel a la que las encuestas refieren: el Instituto Politécnico Nacional.
Sólo 14 por ciento de los aspirantes lograron acceso a la universidad. Éste depende del examen de admisión, que contiene 120 puntos a resolver, así como del promedio alcanzado por cada alumno. El pase automático de quienes provienen de dependencias de la UNAM supone también determinado promedio.
No conozco las encuestas sobre el número de jóvenes admitidos o rechazados en las preparatorias o colegios de Ciencias y Humanidades, si bien la propia Karina Avilés proporciona amplios datos sobre aquellos adolescentes, más mujeres que hombres, que debido a depresión por frustración, perpetraron intentos de terminar con su vida o desarrollaron ideaciones suicidas. Pero tales ideaciones involucran, sin duda, situaciones familares.
Que el porcentaje de rechazados ha aumentado es un hecho incontestable, también lo es que en la población en general y en la juvenil en particular, el “bono poblacional” se ha incrementado incesantemente, como igual la conciencia positiva, por parte de adolescentes y jóvenes, de la necesidad de acceder a la educación media y superior.
No existe –y lo puedo asegurar con contundencia– influencia alguna que permita acceso a ningún estudiante, por encumbrada que pueda ser su genealogía académica, a quien no llena los requisitos, sea quien sea. No hay tampoco admisión para quienes sin pase automático acceden al examen con promedio superior a 8.5 y lo reprueban. Que el problema es gravísimo, ni duda cabe, pero puede argüirse lo siguiente: ¿hay orientación vocacional en las secundarias oficiales? Ni siquiera suele haberla en las escuelas privadas. ¿Se atiende a la preparación para el examen? Existen cursos que a ello se destinan. Ayudan, sin garantía del pase.
Las carreras universitarias, contra lo que se dice no ofrecen “una educación amplia”, si bien es cierto que el examen de admisión a carreras humanísticas o científicas la conciben en mayor medida que a carreras como ingeniería en sus diversas ramas, odontología o zootecnia, por ejemplo. Medicina es caso aparte, las y los aspirantes a médicos suelen exhibir sentido vocacional que en ocasiones se vislumbra tempranamente.
No existe disponibilidad abierta, la UNAM es pública, pero ya no es una universidad de masas, cada dependencia ofrece cupo determinado año con año, de lo contrario, quienes obtuvieron el ingreso, se ven en dificultades insuperables (ya existen en alto grado) no digamos para titularse, sino para llegar al cuarto o quinto semestres de estudios.
Otro tipo de encuestas determinarían el porcentaje de ingresados que alcanzan la conclusión de la carrera o al menos la carta de pasante. Un número elevado de ingresados tiene que costearse su manutención, con lo que el tiempo dedicado al estudio disminuye. ¿Becas?, discretas, pero las hay para estudiantes de escasos recursos.
Hoy día las opciones tecnológicas o de oficio no debieran considerarse como opciones menores, pero aún éstas podrían ofrecer alguna vena capaz de desarrollar intereses extra-tecnológicos entre los educandos, afición a la lectura, por lo menos. Las bibliotecas públicas de cada delegación no están pobladas de usuarios. Aunque sus acervos dejen que desear, siempre hay en ellas algo que apela a jóvenes y adultos por igual, y lo mismo sucede en las bibliotecas universitarias. No se niega acceso a los no inscritos y en todas hay salas de lectura.
Las escuelas patito, más que otra cosa, son negocio de quienes las auspician y eso se da en todos los niveles. Existen algunas escuelas que pueden parecer patito y que no lo son, de modo que quienes optan por ingresar a ellas, asesorados de familiares o amigos, podrían evaluarlas. Las autoridades de la UNAM no son responsables del asunto, lo son en gran medida las políticas gubernamentales en este orden.
Teresa del Conde

martes, 22 de julio de 2008

Récord: 152 mil 991 jóvenes sin acceso a la educación superior

En 16 años se quintuplicó la cifra de aspirantes rechazados en la UNAM

Existen más de 16 millones de jóvenes, entre 16 y 24 años, que no están inscritos en instituciones de educación media y superior; en ese contexto, especialistas en la materia denunciaron que este año se registró una marca histórica en el número de “rechazados” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hace 16 años quedaron fuera 33 mil 900 aspirantes, ahora la cifra ascendió a 152 mil 991.
En ese sentido, afirmaron que existe un “operativo deliberado” del Estado, a partir de la administración zedillista, que continúa el gobierno actual, para excluir a la gran mayoría de los estudiantes del sistema y facilitar su proyecto de fortalecer la enseñanza tecnológica, en aras de capacitar a los jóvenes para tener “mano de obra barata”.
Ante este panorama, Hugo Aboites, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en la materia, señaló que el gobierno condena a los adolescentes a “inscribirse en las llamadas escuelas privadas patito o esperar un año o más para presentar el examen, mientras que un segmento se va al comercio informal y otro se decide por el camino de las bandas. La educación y la marginalidad de los jóvenes ya son un problema de seguridad nacional”.
Aboites refirió que en el ciclo 1996-1997 no lograron acceder 103 mil 400 aspirantes, cifra pico en relación con los años precedentes y posteriores. En el ciclo 2005-2006 no obtuvieron espacio 100 mil 100 jóvenes y, para el ciclo que está por comenzar en agosto próximo, 152 mil 991 (91.2 por ciento) se quedaron sin un sitio.
Por otro lado, indicó que mientras en 1982 había 8 millones de jóvenes entre 16 y 24 años no inscritos en la educación media y superior, actualmente existen más de 16 millones en esa condición.

lunes, 21 de julio de 2008

Quedan fuera de la UNAM y del Poli más de 91% de estudiantes


Entran a la universidad 14 mil 677 alumnos de los 167 mil 668 que hicieron el examen
■ Sin un lugar, 48 mil 890 jóvenes que pretendían ingresar al Politécnico Nacional
Entrarán a la UNAM sólo 8.1 por ciento de alumnos que presentaron examen


De los 167 mil 668 aspirantes que realizaron examen para ingresar en una de las carreras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el ciclo escolar 2008-2009, 152 mil 991 (91.2 por ciento) no tendrán un lugar, mientras que sólo 14 mil 677 (8.7 por ciento) lograron acceder a la máxima institución educativa del país.
En tanto, 48 mil 890 aspirantes a la educación superior en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) tampoco obtendrán un espacio. En suma, serán casi 200 mil jóvenes, entre los solicitantes de la UNAM y el Poli, los que quedarán fuera del sistema educativo si no tienen otra opción.
En el primer periodo del examen de la máxima casa de estudios, cuyos resultados se dieron a conocer en abril pasado, 96 mil 10 jóvenes quedaron fuera y, en el segundo periodo, cuyos resultados fueron difundidos ayer, 56 mil 981 alcanzaron lugar, lo que en conjunto suma 152 mil 991. En contraste, en la primera fase sólo fueron seleccionados 8 mil 804 y en la segunda 5 mil 873, que hacen un total de 14 mil 677.
De acuerdo con los resultados de esta segunda etapa, publicados ayer en la Gaceta UNAM, de los 5 mil 873 alumnos aceptados (9.3 por ciento) apenas 30 lograron obtener más de 110 de los 120 puntos que tiene la prueba.
El estudiante con el mejor desempeño alcanzó 116 aciertos e ingresará a la Facultad de Medicina (FM) en Ciudad Universitaria (CU), mientras el resultado más bajo fue de un aspirante a la carrera de pedagogía en la Facultad de Estudios Superiores (FES)-Acatlán, quien apenas tuvo 11 aciertos.
La Facultad de Ingeniería en CU fue la dependencia más exigente, al establecer 104 aciertos como mínimo para ingresar a la carrera de ingeniería en mecatrónica, mientras la FES-Cuautitlán pidió el menor número de aciertos: 46 puntos para ingresar a la carrera de ingeniería eléctrica.
En esta segunda fase se registraron un total de 62 mil 854 aspirantes. De ellos, 56 mil 981 (90.6 por ciento) no obtuvieron un sitio, en tanto sólo 5 mil 873, (9.3 por ciento) fue aceptado. La oferta de lugares fue de 5 mil 930.
Los puntajes más altos, de 110 puntos o más, se ubicaron entre aspirantes a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, las facultades de Medicina, Filosofía y Letras, Ciencias, Química, Ingeniería y Odontología.
Por el contrario, los puntajes más bajos se localizaron entre aspirantes a las FES Acatlán, Cuautitlán, Aragón y Zaragoza, quienes obtuvieron de 11 a 18 aciertos.
En la Facultad de Medicina –donde se ubicó el estudiante con mayor número de aciertos–, el puntaje más alto fue de 116, y el más bajo, de 22. En Filosofía y Letras, donde un alumno logró 115 aciertos, el rango más bajo fue de 24 puntos. Mientras que en Ingeniería, el puntaje más alto fue de 115 aciertos y el menor, de 20.
Por su parte, el IPN informó ayer que el próximo martes difundirá los resultados del Proceso de admisión a nivel superior 2008-9, en el que 72 mil 890 jóvenes presentaron el examen para aspirar a uno de los 24 mil espacios. De esta forma, 48 mil 890 alumnos se quedarán sin lugar
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