Docentes: manipulan calificaciones en escuelas; Enlace, una "farsa"
En algunas escuelas la calificación mínima es siete.
En algunas escuelas la calificación mínima es siete.
La evaluación en la educación básica, con exámenes como Enlace, es una "simulación y un maquillaje", pues en la escuela mexicana las calificaciones son objeto de manipulación, de presiones al maestro para que no rebase el índice de 10 por ciento de reprobados y, sin importar el plan de estudios, se trabaja casi exclusivamente para que los alumnos pasen pruebas nacionales e internacionales, al grado de que la enseñanza se ha reducido a un "entrenamiento para hacer exámenes de todo tipo".
Maestros, directores y supervisores de zona de diferentes planteles aseguran lo anterior y revelan las formas en que se instrumenta esa "farsa".
En entrevista con La Jornada, los expertos señalan que entre la serie de graves irregularidades está el hacer acuerdos en las juntas académicas para excluir el cinco en la escala de evaluación, con el fin de que sus planteles obtengan buenos promedios para acceder a las bolsas de recursos del programa de Escuelas de calidad, emprendido por el gobierno de Vicente Fox.
Concepción gerencial
El profesor de matemáticas, José Manuel Zúñiga, explica que Enlace sólo mide habilidades básicas, como el que el alumno sepa leer instrucciones o hacer un cálculo elemental de suma, resta o multiplicación. Esto, añade el docente Mario Alberto Leyva, forma parte de la "concepción gerencial" de una "educación para el trabajo".
Con ello, señala, lo que se pretende es "producir mano de obra barata que pueda ser explotada por los poderes fácticos".
El mercado determina el tipo de instrucción que debe recibir el estudiante, por lo que todos estos instrumentos, como Enlace -considerada la versión mexicana del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés)- provienen de las decisiones de los organismos internacionales, dice Zúñiga.
El supervisor de secundaria de la zona seis en Iztapalapa, Carlos Aguilar Palma, explica que esta es la razón por la que en esas mediciones no interesa fortalecer el análisis crítico, la creatividad, la participación o la capacidad de interpretación.
Además, señala, la SEP tiene una recomendación que, aunque no es oficial, los mentores la acatan como si fuera obligatoria: pues un docente no puede reprobar a más del 10 por ciento del grupo.
El profesor de actividad tecnológica Antonio Mendoza Peralta asevera que las "presiones" hacia el maestro se deben a que muchos cubren una plaza interina y no están basificados, por lo que acatan órdenes, como la de no tener un cierto porcentaje de reprobados, o de lo contrario, su trabajo está en juego. Tan sólo en el Distrito Federal, 35 por ciento de 25 mil profesores se encuentra en esa situación, de tal manera que persiste la inseguridad laboral.
Así, ejemplifica con un caso ocurrido en la secundaria 228, de la delegación Coyoacán. Cuando inició el programa, al comienzo de la pasada administración, una maestra -cuyo nombre omitió- entregó a la directora del plantel su lista de calificaciones, entre las que había cincos: "La directora le dijo: 'Me cambia los cincos porque el acuerdo es que la calificación mínima es de siete'". Por ello, afirma que "muchos de los directores hacen lo que sea con tal de conseguir la bolsa de recursos" que se ofrece por tener una escuela con "buenos resultados".
Para lograrlo, revela el supervisor de zona Carlos Aguilar se recurre a varios métodos; en la secundaria 117, de Iztapalapa, de las que mejores resultados obtiene en el DF, contrata ex profeso al Centro Nacional de Evaluación para que capacite a sus estudiantes antes de la prueba de ingreso al bachillerato y le cobra a sus alumnos ente 150 y 300 pesos para que paguen su "entrenamiento".
El director de la secundaria 207, Mario Alberto Leyva, insiste en que "las cifras pueden ser maquilladas fácilmente". En referencia a las evaluaciones sobre la Reforma de la Educación Secundaria (RES), asegura que si el maestro "recibe la consigna de alguna autoridad, en el sentido de que no debe haber reprobados, pues no los hay".
Así como está concebido, ese sistema es una "farsa, una simulación y maquilla los resultados".
Impulsan escuelas privadas
En años recientes, el énfasis de la política educativa sobre los estándares de medición ha llegado a extremos en los que el plan de estudios no importa, pues lo fundamental es la capacitación de los estudiantes para que presenten las pruebas, advierten los docentes.
De febrero a marzo se rompe la rutina escolar para enfocarse en la prueba de Enlace. Así, los maestros se han convertido ya en "entrenadores de alumnos para exámenes de todo tipo".
El profesor de español Jorge Román advierte que estos mecanismos de evaluación que dejan a un lado la situación de las escuelas y las condiciones de los alumnos, entre otros aspectos, sólo fomentan la educación privada, pues los resultados reflejan que los planteles de paga son "mejores", mientras que los públicos se encuentran en los últimos lugares.
Al precisar que no están en contra de la evaluación sino de que ésta excluye una verdadera formación integral, indican que Enlace, cuyos resultados se dieron a conocer recientemente, estuvo marcado por la desorganización, la improvisación y falta de información. En algunos planteles no llegaron los exámenes; en otros, no se presentaron los aplicadores, que no eran docentes; en unos más sólo había las hojas de respuesta sin las pruebas, aseveran.