La tecnología de la información, base de sociedades libres
El brasileño Rodrigo Baggio sostuvo que la tecnología de la información se debe utilizar como una herramienta ciudadana, con lo que será posible cambiar a la sociedad egoísta en una solidaria, justa y libre. Esto lo señaló al dictar la conferencia Inclusión digital con sentido social en la Universidad Nacional Autónoma de México.
El emprendedor social visitó la máxima casa de estudios para dar a conocer el Comité para la Democratización de la Informática (CDI) Internacional, organización sin fines lucrativos, que desde 1995 desarrolla el trabajo pionero de llevar la informática a las comunidades menos favorecidas.
Fundador y director ejecutivo de CDI de Brasil, y miembro honorario de ese comité a escala internacional, ha sido nombrado por el Foro Económico Mundial uno de los 100 líderes para el mañana y por la revista Time como uno de los 50 líderes en América Latina que harán la diferencia en el tercer milenio.
Precisó que las escuelas de informática y ciudadanía fueron creadas para aplicar programas educativos y profesionales en distintas partes del mundo, con el propósito de reintegrar a los miembros de comunidades con pocos recursos, especialmente niños y jóvenes.
En el auditorio de la coordinación de Humanidades, en el que estuvo presente Alejandro Pisanty, director general de Servicios de Cómputo Académico, Baggio indicó que el CDI ha creado centros de informática y ciudadanía dentro de las cárceles de máxima seguridad en Río de Janeiro para capacitar a presos como educadores en informática. Agregó que el comité también ha participado en poblaciones indígenas, en las cuales ha donado computadoras.
Aseveró que el CDI instala sus escuelas como espacios colectivos de capacitación y formación en los que a través del desarrollo de habilidades computacionales, se generan procesos de participación ciudadana para aplicar proyectos de evolución comunitaria.
El CDI es una red de 840 escuelas ubicadas en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay, México, entre otros, donde alrededor de 600 mil personas se han beneficiado.
El brasileño Rodrigo Baggio sostuvo que la tecnología de la información se debe utilizar como una herramienta ciudadana, con lo que será posible cambiar a la sociedad egoísta en una solidaria, justa y libre. Esto lo señaló al dictar la conferencia Inclusión digital con sentido social en la Universidad Nacional Autónoma de México.
El emprendedor social visitó la máxima casa de estudios para dar a conocer el Comité para la Democratización de la Informática (CDI) Internacional, organización sin fines lucrativos, que desde 1995 desarrolla el trabajo pionero de llevar la informática a las comunidades menos favorecidas.
Fundador y director ejecutivo de CDI de Brasil, y miembro honorario de ese comité a escala internacional, ha sido nombrado por el Foro Económico Mundial uno de los 100 líderes para el mañana y por la revista Time como uno de los 50 líderes en América Latina que harán la diferencia en el tercer milenio.
Precisó que las escuelas de informática y ciudadanía fueron creadas para aplicar programas educativos y profesionales en distintas partes del mundo, con el propósito de reintegrar a los miembros de comunidades con pocos recursos, especialmente niños y jóvenes.
En el auditorio de la coordinación de Humanidades, en el que estuvo presente Alejandro Pisanty, director general de Servicios de Cómputo Académico, Baggio indicó que el CDI ha creado centros de informática y ciudadanía dentro de las cárceles de máxima seguridad en Río de Janeiro para capacitar a presos como educadores en informática. Agregó que el comité también ha participado en poblaciones indígenas, en las cuales ha donado computadoras.
Aseveró que el CDI instala sus escuelas como espacios colectivos de capacitación y formación en los que a través del desarrollo de habilidades computacionales, se generan procesos de participación ciudadana para aplicar proyectos de evolución comunitaria.
El CDI es una red de 840 escuelas ubicadas en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay, México, entre otros, donde alrededor de 600 mil personas se han beneficiado.