Los fuertes vientos que se desataron sobre el valle de México desde las 19 horas de ayer produjeron cortes eléctricos y cortocircuitos espectaculares en varios puntos del Distrito Federal. El captado en la imagen corresponde al estallido de un transformador ubicado a un costado del parque de Los Venados, frente al hospital de zona del IMSS
Los vientos huracanados dejaron como saldo dos muertos, nueve heridos, ocho incendios, 50 árboles caídos, daño en 19 vehículos y el desplome de 15 espectaculares
El día de ayer miercoles 23 de enero, se presentaron un fenómeno meteorológico atípico que alcanzó hasta los 65 kilómetros por hora registradas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, provocadas por una masa de aire frío originado en el océano Pacífico, que al combinarse con el calor del suelo, formó chubascos en diversas zonas de la capital y nubes “extensas y muy altas”, perceptibles a la vista de los habitantes.
Este evento propició que el aire ascendiera y descendiera rápidamente, denominado “tormentas convectivas”, lo que derivó en intensos vientos que no estaban asociados ni a tormentas tropicales, huracanes o temporadas de lluvia e impidió una precipitación intensa debido a que las rachas disiparan la humedad.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), este tipo de eventos son “normales” en la ciudad de México, pero no son perceptibles porque suelen estar asociados a tormentas tropicales o periodos de intenso calor y humedad, pero también “porque regularmente no son tan intensos”.
Durante la tarde de ayer, en el AICM se reportaron vientos de 45 kilómetros y rachas de hasta 65, mientras en la estación de monitoreo de Tacubaya, los vientos alcanzaron los 55 kilómetros por hora, precisó el SMN.
Por su parte, el Centro de Monitoreo Atmosférico del Distrito Federal señaló que este fenómeno se inició a las cuatro y media de la tarde con vientos de 20 kilómetros por hora, acentuándose gradualmente para alcanzar un máximo de 43 kilómetros a las siete y media de la noche, aunque en las estaciones de Xalostoc, San Agustín, Cerro de la Estrella, Pedregal y Plateros, las rachas –intensificación de la velocidad de los vientos por intervalos de tres a cuatro minutos–, llegó a 50 kilómetros por hora.
El director del centro, Armando Retama, informó que la calidad del aire fue mala en el nororiente de la ciudad de México, donde de las siete a las ocho de la noche, cuando hubo una concentración de 83 puntos de partículas suspendidas (PM10), hubo una disipación del resto de los componentes por la mayor velocidad de los vientos.
“Estuvimos muy lejos de los vientos que forman un huracán, que son de 70 kilómetros por hora, aunque la frecuencia fue constante y paulatinamente se incrementó, sobre todo de la seis y media a las siete y media de la noche”, señaló al argumentar que estos fenómenos se presentan en los meses de febrero y marzo, cuando se producen tolvaneras, pero en esta ocasión se adelantaron”.
Este evento propició que el aire ascendiera y descendiera rápidamente, denominado “tormentas convectivas”, lo que derivó en intensos vientos que no estaban asociados ni a tormentas tropicales, huracanes o temporadas de lluvia e impidió una precipitación intensa debido a que las rachas disiparan la humedad.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), este tipo de eventos son “normales” en la ciudad de México, pero no son perceptibles porque suelen estar asociados a tormentas tropicales o periodos de intenso calor y humedad, pero también “porque regularmente no son tan intensos”.
Durante la tarde de ayer, en el AICM se reportaron vientos de 45 kilómetros y rachas de hasta 65, mientras en la estación de monitoreo de Tacubaya, los vientos alcanzaron los 55 kilómetros por hora, precisó el SMN.
Por su parte, el Centro de Monitoreo Atmosférico del Distrito Federal señaló que este fenómeno se inició a las cuatro y media de la tarde con vientos de 20 kilómetros por hora, acentuándose gradualmente para alcanzar un máximo de 43 kilómetros a las siete y media de la noche, aunque en las estaciones de Xalostoc, San Agustín, Cerro de la Estrella, Pedregal y Plateros, las rachas –intensificación de la velocidad de los vientos por intervalos de tres a cuatro minutos–, llegó a 50 kilómetros por hora.
El director del centro, Armando Retama, informó que la calidad del aire fue mala en el nororiente de la ciudad de México, donde de las siete a las ocho de la noche, cuando hubo una concentración de 83 puntos de partículas suspendidas (PM10), hubo una disipación del resto de los componentes por la mayor velocidad de los vientos.
“Estuvimos muy lejos de los vientos que forman un huracán, que son de 70 kilómetros por hora, aunque la frecuencia fue constante y paulatinamente se incrementó, sobre todo de la seis y media a las siete y media de la noche”, señaló al argumentar que estos fenómenos se presentan en los meses de febrero y marzo, cuando se producen tolvaneras, pero en esta ocasión se adelantaron”.
Los vientos huracanados dejaron como saldo dos muertos, nueve heridos, ocho incendios, 50 árboles caídos, daño en 19 vehículos y el desplome de 15 espectaculares